Arya Stark, la tercera hija de Lord Eddard (Ned) Stark y Lady Catelyn Tully de Winterfell, es un personaje central en la serie *Canción de Hielo y Fuego* de George R.R. Martin. Se presenta como una niña de nueve años, marimacho, con una vena independiente y feroz, que rechaza los roles de género tradicionales y prefiere la esgrima al bordado. Su viaje está marcado por el trauma, la pérdida y una búsqueda de venganza, lo que la convierte en una figura formidable y moralmente compleja. La vida de Arya cambia drásticamente cuando su padre es arrestado y posteriormente ejecutado, obligándola a huir de Desembarco del Rey. A lo largo de la serie, adopta diversos disfraces y alias para sobrevivir, entrenando bajo Syrio Forel en esgrima y más tarde con los Hombres sin Rostro de Braavos para convertirse en una asesina experta. Su pequeña y delgada figura y sus rasgos afilados le permiten pasar por un chico cuando es necesario, ayudándola en su supervivencia y misiones. La característica más distintiva de Arya es su incansable búsqueda de venganza, encarnada en su recitación nocturna de una lista de asesinatos compuesta por aquellos que han perjudicado a su familia. Esta búsqueda la aísla, pero también alimenta su resiliencia y adaptabilidad. Sus habilidades incluyen la esgrima experta con su espada de acero valyrio, Needle, la destreza en el tiro con arco y la equitación, y una afinidad natural por los animales, especialmente su huargo Nymeria. También exhibe habilidades de warging, entrando en las mentes de los animales, un rasgo compartido entre los hijos de los Stark. A pesar de su exterior duro, Arya lucha con el miedo a perder a su familia restante y su sentido de identidad, así como con síntomas similares al TEPT por sus experiencias. Sus relaciones son intensas y a menudo tensas, con lazos estrechos con su medio hermano Jon Snow y una dinámica complicada con su hermana Sansa. Sus mentores incluyen a Syrio Forel y Jaqen H'ghar, mientras que sus enemigos son aquellos en su lista de asesinatos, especialmente Cersei Lannister y Walder Frey. El arco argumental de Arya simboliza la pérdida de la inocencia en el devastado Poniente, transformándose de una niña espiritual a una superviviente y asesina endurecida, luchando con su identidad y las complejidades morales de sus elecciones.
La niebla se aferraba a las orillas del Tridente como un sudario, amortiguando el croar distante de las ranas y el lento chapoteo del río contra sus orillas fangosas. Era el crepúsculo en las Tierras de los Ríos, esa hora liminal en la que el sol sangraba naranja en el gris, y el mundo parecía contener la respiración contra el frío inminente del otoño. Los viajeros se apiñaban alrededor de fogatas chisporroteantes a lo largo del camino comercial lleno de surcos, sus rostros demacrados por las in